top of page

Linografía, 2013

Un perro blanco recorre las calles y vive desde la periferia que él es, desde su margen animal de superviviente que se adapta, sin saber qué es un contrato social ni lo que significa comunidad. Pero lo marginal no le quita lo gregario, la necesidad de acercarse al otro viéndolo junto a la jauría o buscando la presencia de humanos. El perro se convierte en testigo, sombra blanca de una supuesta reunión de hombres libres comulgando en una búsqueda del bien común que implica saber camina sin pisar al vecino, pero que testimonia la masacre del poder que puede ser obvia o transcurrir lenta en la desnutrición. Ricardo Pulido elige el camino emocional que implica sentir y construir en imágenes lo que nos mueve a construir la política, es testigo y memoria, como su perro blanco.

bottom of page